Entre avances en la investigación médica y enormes trastornos sociales
en 1888, la Charité de Berlín está en camino de convertirse en el hospital más
famoso del mundo. Es una ciudad dentro de la ciudad, siguiendo sus propias
leyes y reglas. Al comienzo del período Wilhelmine, o Guillerminismo, se tratan
hasta 4.000 pacientes anualmente. Junto con las lesiones esperadas causadas por
la industrialización en auge, los pacientes sufren enfermedades infecciosas
como tuberculosis, difteria, fiebre tifoidea y cólera, así como enfermedades de
transmisión sexual. Además, son muchos los estudiantes de medicina, impartidos
en la Universidad de Berlín, que se están formando en este famoso hospital con
los futuros premios Nobel y los médicos más prestigiosos de la época: Rudolf
Virchow, el fundador de los sistemas sanitarios modernos, Robert Koch, el
descubridor del bacilo de la tuberculosis... En el año de su producción esta
miniserie cautivó al público germano y se convirtió en una de las
superproducciones televisivas alemanas más vistas de la historia. El hospital
más famoso del siglo XIX, donde se formaron Premios Nobel de Medicina como
Robert Koch, Emil von Behring y Paul Ehrlich, conforma el microcosmos perfecto
para entender una de las épocas más definitorias de Alemania. Este período
presentó un avance científico sin precedentes, que fue acompañado por cambios
radicales en la sociedad, como la filosofía de Nietzsche o la imparable
Revolución Industrial. El experimentado director Sönke Wortmann combina un
guión magistral con una lograda atmósfera de época. También destaca la
debutante Alicia von Rittberg en el papel de Ida, una joven sin dinero que debe
ser operada de urgencia en el Hospital y se verá obligada a trabajar allí para
costear su tratamiento, lo que la llevará a descubrir su pasión por la medicina...
Charité