También los psicoanalistas pueden caer en una depresión. Lo sabe bien Marcello, psicoanalista cínico y grosero, que un día decide encerrarse en casa y dejarlo todo. Este gesto "extremo" preocupa a su secretaria, Silvia, quien decide reunir a sus pacientes para trata de buscar, entre todos, la forma de hacerlo salir de su crisis… Una hermosa idea, si no fuera que, para ayudarla, estarán un narcotraficante que sufre ataques de pánico, un mimado crónico de cuarenta años, una ninfómana intrusiva, una pareja en crisis sexual y un comentarista de televisión en graves problemas de autoestima por la traición de su esposa. Extraños, pero cariñosos y divertidos, los pacientes de Marcello intentarán animarlo de todas las maneras posibles…